Si no te gusta ceder, NO te cases.
Si odias pedir perdón, NO te cases.
Si te cuesta perdonar, NO te cases.
Si no quieres renunciar a las cosas que te gustan por alguien, NO te cases.
Si sólo piensas en tu felicidad, NO te cases.
Si amas tu independencia y hacer las cosas por tu cuenta sin consultar a nadie, NO te cases.
Si solo quieres hacer lo que a ti te gusta, NO te cases.
Si no sueles asumir tus errores, NO te cases.
El matrimonio nos desafía a moldear nuestro carácter, si deseas vivir solo para ti, entonces NO te cases.
Casarse es muy bueno, pero nadie dijo que era fácil.
En el matrimonio se vive el uno para el otro, por eso muchos se cansan y luego renuncian, porque sólo buscan su propia felicidad y satisfacción.
No te cases si no estás preparado, porque un matrimonio no es de ir y venir, un matrimonio es para convivir juntos lo que venga,
No te cases si estás enamorado. Cásate con quien tu amaras toda la vida, cásate con quien esté en tu misma locura, cásate con quién vea en ti una persona que jamás encontrará.
Porque para casarte debes tener mucha paciencia, comunicación, amor, respeto y admiración por quién tu compartirás años, minutos y segundos de tu vida. Al lado de la persona que elijas para que sea tu esposa o esposo….
No te cases por dinero, por ambición. Cásate con la persona que quiera sostenerte se la mano y llevarte al otro mundo. Cásate con ese hombre o mujer que piense que se ganó la lotería contigo, porque tú mereces mucho y esa persona merece lo mismo.
Este escrito lo comparto y lo copié de una página que vaga en FaceBook y me parece algo muy importante, para cuándo elijas con quién compartir tu vida.

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